Furiosos, los ingleses se quejaron ante los árbitros que, creyendo que Maradona había cabeceado la pelota en lugar de con la mano, confirmaron el gol. Cuatro minutos después Maradona lo hizo de nuevo pero esta vez no dejó lugar a dudas. Argentina ganó la final ante Alemania por 3-2 para levantar la Copa del Mundo por segunda vez en ocho años y Maradona , que ya era una superestrella, se convirtió en objeto de culto entre sus compatriotas.
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